La lechuza se acomodó en la
noche, lista estaba para cantar, la luna
brillo en sus ojos y el viento acaricio sus plumas, la peinaba despacito, como
la madre peina a la nena antes de ir al colegio, hablándole con voz de recién
levantada y suave a la vez.
Los escarabajos tenían esperanza
de poder subir al árbol y las hormigas trabajaban para dar lo mejor
de si. Apostaban el corazón en cada milímetro de tierra. Los humanos pasaban y agarraban el souvenir
(un babero) y seguían derecho como el caracol. Las nubes precipitaban lluvia,
pero todos sabían, que igual se prendía
el fuego, era necesario para iluminar las almas. Los pensamientos no aceptaban el souvenir, preferían la baba y un buen plato de sopa. A lo lejos
se veían las montañas y detrás los armatostes
y hormigones fríos. Las ratas hablaron un poco con los famas y
los escorpiones esperaban jubilosamente a los cronopios.
De apoco se iba armando un
dialogo y se esbozaba la sonrisa. La lechuza, aún permanecía radiante, cantaba
en la rama y lo hacía desde el corazón,
de esos corazones que favorecen y desean
lo mejor. Algunas damas vestidas de largo la saludaban al pasar y otros borrachos se acomodaban a escucharla
para dejar, en esa tierra, sus abandonos. Lentamente, todos trabajaban para que la lechuza, no perdiera las esperanzas, pero ella, en el fondo lo intuía,
era la única capaz de interpretar la herencia, los genes y los corazones negros
que no empalman. Sabía muy bien que cada uno de esos corazones negros se
escondía un plan y que eso, los hacia más fastidiosos, ciegos al alma y por lo
tanto incapaces de interpretar la vida. Las hormigas seguían trabajando, las
risas ya eran carcajadas y los
pensamientos juegos infantiles, desconocidos ante la generala y la mano que
tira los dados. La luna en el mismo lugar, los lobos despiertos, los leones
dormidos, los caballos comiendo, las
lagunas serenitas y el mar estancado en la arena.
La niña tal vez estaría despeinada
por la almohada pero no lo sabía porque dormía; también desconocía, las largas
caminatas que le esperaban a sus pies,
pero en su sueño ya estaba empezando a nacer el saber de la
lechuza, saber que no era perfecto
porque aun no había entendido, la
esencia del saber supremo y la transmutación de los ¡uoh! ¡uoh! ¡ouh!
Mediocres. La niña tampoco sabía en qué rama buscar el chiste, el buen momento,
era pura inocencia para andar pensando en escoger gente amable.
Mientas la madre de la niña y su marido hacían el
amor, mientras los maestros corregían las últimas pruebas, en el momento
en que un infeliz creyó que de lo viejo podía salir algo nuevo; luego de que un
moza vendiera un trago a un tipo tapado de dolor negro, después de que una
mujer tenga una fiera pelea con su fantasma de mujer, inmediatamente antes de
la ignorancia entre dos seres; antes que los ojos de la lechuza, una laucha puso en marcha su plan, solo una maldita laucha puso en marcha
su plan y durante el instante en que la lechuza cerro los ojos, con todo su
ocultamiento, la rata sedujo a una boa que se arrastraba para llegar al
comensal. Le hablo en un idioma débil para el corazón y logro seducirla para que devore a la lechuza.
Entonces, la boa bajo la seducción de una laucha, se empezó a enrollar en el
árbol, no le importaba lo oculto y tampoco
lo evidente, el corazón ya era puramente negro cuando midió la distancia exacta
para devorar a la lechuza cantora.
Mientras tanto un hombre reía a
carcajadas, la niña se había despertado, los maestros se levantaban de todas
las notas malignas, de toda una educación puramente cuántica, atravesada por
morales perversas. Mientras el portero barría la vereda, la lechuza cantora se
acomodaba en otra parte del cielo, para
posar en otro árbol y prepararse para
acomodarse en la noche para cantarles,
solamente a las hormigas, que se sentían solas, en tanta marcha.
5 comentarios:
Hola, Matías, tu comentario en mi blog me trajo hasta aquí.
Te confieso que estoy un poco cansado de los relatos 'comunes', en los que suceden cosas 'comunes' con aires de pretendida expresión literaria, pero al leer tu texto me encontré con algo diferente: una vida animal que sorprende y porque deja un mensaje reflexivo.
Me alegro de haber venido por aquí, con tu permiso me anoto como seguidor.
Un abrazo.
HD
Gracias por dejar tu huella en mi blog, vengo a descubrir el tuyo, me quedo viéndolo, con tu permiso.
Saludos.
Has creado una deliciosa fábula. Felicito tu sensibilidad y buen dominio de la escritura.
Un abrazo. Me quedo como tu seguidora.
Buenos día Matías, nunca he conocido un "ladronzuelo" más original, así que feliz si te ha gustado.
Tienes un blog muy poco común y atractivo.
Un saludo.
Bella canción. Besos
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