A la mañana temprano… empezó por el mecanismo funcional: abrió los ojos, comprendió nada, trato de fijar la mirada y descubrió que estaba durmiendo en una cama ajena, tantea y siente algo peludo, lo agarra, se lo lleva a los ojos: un osito de peluche que sostiene un corazón que dice: love. Lo tira con todas sus fuerzas, se sienta sobre la frazada que había usado de colchón, descubre que no es su casa y ve la heladera abierta de par en par. ¿ Que hago acá? Silencio ensordecedor. Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh. Nada. Las paredes eran blancas pero no ve entonces aun no es un problema, deduce que no es su casa, que la manteca esta derretida, que hay un osito pero no ve… se levanta y empieza a buscar el baño, abre la primer puerta que cruza: una habitación vacía. Abre otra: una habitación llena de colchones. Abre otra: un canario encerrado en una jaula y la ventana abierta la cual muestra otras ventanas del edificio vecino, mira fijamente a una mujer que cocinaba algo, se miran y él se mira, se encuentra desnudo y Adán o nada. Intenta organizar para buscar una relación de los hechos, hace cuentas y mientra descubre el baño, orina, defeca, se lava la cara, prende un pucho y toma un trago de algo que había en una botella. Piensa: El desarrollo del conocimiento no es uniforme. Escucha que se abre y se cierra la puerta, una dama que no conocía lo ve desnudo, lo saluda, toma su mano y caminan juntos hasta el colchón de una habitación, lo empuja y hacen el amor. No ve, nunca ve nada pero siente ese hormiguero en la panza, cree que la ama y que es la mujer de su vida, mira fijamente su nariz, las pestañas y le dice como puede: Estoy empezando a ver este silencio...
