viernes, 18 de junio de 2010

El Grito

Un trago de caña… diría char. Un trago para esta garganta de algodón. Un trago de caña… diría. Cortazar para que se vaya ese yo que me acompaño esas cuadras. La garganta seca, el mareo deseado, las sombrillas perfectas y una playa llena de sonido meditativo, una rodaja de limón, un buen amor, deseo apacible. Eso quería Charly que estaba despeinado por el viento de arriba de un noveno piso, unos sesenta kilómetros en su rostro, pelos desprendidos. Él en la terraza de la oficina, al borde del abismo, en la cornisa de de la camisa con el eslogan de la empresa en el pecho. Gritaba: golllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllll y al mismo tiempo en esa furia extrema y sin limites, de fondo, por debajo, subyacente, el deseo de un trago de caña... una humanidad sin puntos.

1 comentario:

Raúl dijo...

Agradecerte el fenomenal comentario que dejaste en mi anterior entrada. Un saludo.

Archivo del blog

La voluntad de haber llegado hasta acá

Nadie se pierde nada, ni encuentra nada relajante al haber llegado hasta acá, pero han saltado jubilosamente al vacío, solo se vuelve… al otro vacío, volviendo a entrar al vacio anterior...va ve

Datos personales