martes, 25 de mayo de 2010

El viejo de la bolsa





Decreto  hablarle al jefe pero corto, apoyo el tubo en la mesita de luz como si fuera un extraño de la situación, y termino de ver la carrera de caballos. Sentía como una comparsa  tocando en la superficie de su alma y para sumarle canto:

“Por una cabeza de un noble potrillo
Que justo en la raya afloja al llegar
y que al regresar parece decir:
No olvides, hermano, vos sabés, no hay que jugar...”

El potrillo  había aflojado, se perfumo de pasado y traición, quieto quedo cuando olfateo  y solito, con la cabeza baja, volvió. Ahora no podía sacar ventaja y pasmado se quedo viendo pasar  los caballos por el disco de llegada.

“Por una cabeza, metejón de un día,
De aquella coqueta y risueña mujer
Que al jurar sonriendo, el amor que esta mintiendo
Quema en una hoguera todo mi querer”

La situación era difícil, la bolsa pasó a ser la reina de su vida.  Se había apoderado de la cocina, luego del baño, la cama y el resto de los pisos. Intento pegarle una patada   pero la bolsa es mas grande que una pelota pero es como dijo su jefe la semana anterior: -Tirar la basura es un acto cotidiano que se vuelve masoquista.

 El problema no era despertarme igualmente prepare el desayuno, ver el agua hervir me recordó emociones agresivas de viejas amistades y compañeros de trabajo. Fue el único instante que no pensé en la bolsa.  
A media mañana intente de nuevo, agarre el teléfono y marque el número:
 -Hola  Juan, no me pasas con el ¡quia!
-          Viejo, venite urgente,  apretaron  al jefe camino a capital,  te va  a matar, lo tendrías que haber pasado a buscar,  ahí te paso.
-           Viejo, te das cuenta lo que hiciste, me dejaste solo, un día que me hacías falta y no estabas, te das cuenta, esto lo vamos a hablar cara a cara, esta en juego mí vida, me pusieron un arma  en la cabeza, me  trataron como una basura,  la cosa esta difícil, ya no se puede confiar en nadie ¿Me entendes pichón? Vos no me podes hacer esto Viejo. La vida es como un camino y en el mío se camina, no se gatea carajo. ¡Vos no me podes hacer esto!
-           Patrón, usted sabe lo que he hecho por usted, sabe que di la vida más de una vez y  que tiene todo mi respeto,  yo nunca le he falle, siempre lo admire, pero esta vez  patrón… esta vez…  necesito proteger mi espalda. Ya no puedo sacar ventaja…
 -¡Viejo!-Grito el patrón- te necesito carajo, agarra el chumbo veni, tenemos laburo la puta que te parió, agarra el chumbo y veni!!!

Corte, estábamos en las mismas condiciones: él no se sentía superior y yo tampoco. Luego agarre el diario de ayer y busque en los clasificados una por una. No tenía otra opción y los medios masivos son  buenos para hacer caminos, aunque sean de papel. El número de teléfono terminaba en capicúa y eso era muy relevante en mi vida, por eso no dude. Luego  me di un baño, intentaba recordar el momento en que se elimino la letra D, letra que revive el dolor y ese olor  que penetra por las fosas nasales y llega hasta las pantorrillas, me acalambran los cuádriceps  y  no puedo  cuidarme. Es evidente  necesito reponerme. Entonces  me seque el pelo,  un poco  de perfume, calzoncillo celeste, vaquero negro,  camisa  roja  y zapatos negros así la espere, parecía Sandro cantando por ese palpitar. Al tiempo suena el timbre, la voy a buscar contento, me había propuesto vencer  cualquier acto masoquista. Nos sentamos en el comedor, en unos sillones muy blancos que había sacado con un préstamo. Se sienta  y al instante le pregunto:
-¿Me podes sacar la basura?
-¿que bolsita tengo que sacar?
-esa grande, ¿la vez? esa con olor
-mmm… pero es muy pesada para mí, me vas a tener que ayudar.

- ¡Te llame para que la saques!

Cualquiera entendería a un tipo como el viejo, en esa bolsa guardaba sus sueños que el pensaba que ahora eran usados por otras personas y también guardaba principios de deseos, es decir, atrofia.  el viejo continua hablando: son los restos de mi exmujer, hay fotos, cartas de amor y hasta  tollitas femeninas usadas porque me gustaba conservar su sangre de alguna forma.

-¡Ah! me paso lo mismo, pero ¿Sabes lo que  hice? Le pegue un tiro en la frente y lo enterré en  el fondo,  nadie pero nadie sospecho y ¿sabes por que? porque estamos en la argentina nene. 
Ella agarro la bolsa con las dos manos y dice:  ¡Ha…! No es muy pesada, pensé que tu mujer era gorda y fea.
Cuando paso por al lado me dio un beso en la frente abrió la puerta de calle  y desde afuera grita:
 -Quédate tranquilo todo va a salir bien,  la voy a  tirar lejos de acá, pero si me  pagas diez mil  pesos por mes, durante cuatro meses porque sino te mando una foto por mes, un carta cada dos meses y vas a volver a tener ese olorcito.

Me quede sorprendido pensé que lo mejor era meterle en la cabeza que su marido era el mejor amor de su vida y hacerle sentir culpa pero sabía que no y recordé el tanguito:
“…Por una cabeza  todas las locuras…” luego apenas le grite:

-Si no tiras la bolsa te denuncio porque yo si creo que lo mataste.

En ese tiempo ninguno pensó en respetar el tiempo del otro, nos miramos a la cara para que la burla nos tape hasta los ojos. En ese momento la superioridad detenía los segundos. Ella empieza, pausadamente moviendo la muñeca, una inclinación olímpica, extremadamente sin tiempo y luego elevando el antebrazo, rodeada de superioridad, iluminada por todo el sol del mundo. En ese instante me di cuenta lo importante que puede ser un movimiento y tome el chumbo de abajo del sillón, ella al mismo tiempo me mira a los ojos sin perder superioridad. Empieza a tener la intención de soltar la bolsa en el canasto,  apunto firmemente y disparo, disparo, disparo tres tiros al centro de la bolsa. Ella goza la situación, sonríe, se acerca hacia la puerta y me  grita: Atrápala!!! 





1 comentario:

Raúl dijo...

Gracias por tu visita.

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